sábado, 5 de noviembre de 2011

Jesús (2da. Parte)

EL MINISTERIO DE CRISTO


A la edad de 30 años comienza su ministerio en las tierras de Israel.  Nació en Nazaret y cuando se entera que Juan quien lo había bautizado es apresado, entonces vuelve a Galilea a la región de Capernaum, región marítima de Zabulón y Neftalí.  Comienza con  sermones en las sinagogas referidos a la exortación al arrepentimiento porque el reino de Dios estaba más cerca.


Llama a 4 personas (Marcos 1:14-16)

  • Los primeros fueron Pedro y Andrés, pescadores del Mar de Galilea.
  • Los continuos fueron Jacobo y Juan hijos de Zebedeo también pescadores.
El Sermón del Monte (Mateo 5 - 7)
Bendice a las Personas
  1. A los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
  2. A los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
  3. A los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
  4. A los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
  5. A los compasivos, porque ellos alcanzarán bondad.
  6. A los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
  7. A los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
  8. A los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
  9. A los que por causa de Jesús hablen mal de ellos, los censuren y los persigan, y digan toda clase de mal contra ellos, mintiendo.
  10. Gocen todos porque el premio es grande en los cielos, porque así también fueron perseguidos los profetas antes que ustedes.
La Sal de la Tierra
Ustedes son la sal del mundo; pero si la sal se disolviere ¿con qué será salada?  No sirve más para nada más que para ser echada fuera y hollada por los hombres.

La Ley
No piensen que he venido a revocar la ley o los profetas, no he venido a revocar la ley sino a cumplirla.  Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.  De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y enseñe esto a los hombres, muy pequeño será en el reino de los cielos.

La Ira
Oísteis que fue dicho:  No matarás y cualquiera que matare será culpable de juicio.  Pero yo digo que cualquiera que se enoje con su contra su hermano será culpable de juicio.  Quien diga:  Necio a su hermano, será culpable ante el concilio. Y quien le diga:  Fatuo quedará expuesto al infierno de fuego.  Por cuanto si traes tu ofrenda y tienes un problema con tu hermano, deja tu ofrenda, ve y arregla el tema con tu hermano y luego vuelve y entrega tu ofrenda.  Ponte de acuerdo con tu adversario pronto entre tanto estés con él en el camino. No sea que tu adversario te entregue al juez y el juez a la policía y seas llevado a la cárcel, pues no saldrás de allí hasta el último cuadrante.

El Adulterio
Oísteis que fue dicho:  No cometerás adulterio.  Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.  Por lo tanto si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo de ti; o si tu mano derecha te es ocasión de caer córtalo, pues mejor es perder uno de tus miembros que el cuerpo entero en el infierno.   

El Divorcio
Fue dicho también:  cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.  Mas yo les digo que quien repudia a su mujer, a no ser por fornicación; hará que ella adultere; y el que se casa con la repudiada comete adulterio.

Los Juramentos
Habéis oído en la antigüedad:  No prometerás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.  Pero yo les digo no juren en ninguna manera; ni por el cielo que es el trono de Dios; ni por la tierra que es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén que es la ciudad del gran Rey;  ni por tu cabeza porque no puedes hacer blanco o negro un sólo cabello.  Sea nuestro hablar:  Sí, sí, o no, no; porque lo que es más de esto de mal procede.

Ama al Enemigo
Fue dicho:  Ojo por ojo, diente por diente.  Yo te digo no resistas al malo, más vale al que hiera tu mejilla derecha, vuélvele la otra; y al que quiera pelearte y quitarte la túnica; déjale también la capa; y a quien te obligue a llevar una carga por una milla, llévale dos.  Al que te pida, dale;  al que quiera tomar de ti algo prestado, no se lo rehúses.  Oíste:  Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.  Mas yo digo:  Amarás a tus enemigos, bendice a los que te maldicen, haz el bien a los que  no te quieren y ora por aquellos que te roban o persiguen; para que seas hijo de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover justos e injustos.  Sé pues perfecto, como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Las Limosnas
Cuídate de hacer tu justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario no tendrás recompensa de tu Padre que está en los cielos. Cuando des limosnas no hagas tocar trompeta como hacen los farsantes en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres, de hecho ya tienen su recompensa.  Mas cuando tu des limosnas no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que sea en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará en público.

La Oración
Cuando ores no seas como los falsos; porque ellos aman orar en pie al frente de las sinagogas y en las calles para ser vistos por los hombres, de cierto les digo que ya tienen su recompensa.  Mas tú, cuando ores, entra en tu dormitorio, y cerrada la puerta ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en secreto te recompensará en público.  Y orando, no uses vanas repeticiones, como los gentiles, quie piensan que por su palabrería serán oídos.  No se parezcan a ellos porque vuestro Padre sabe de qué cosas tienes necesidad antes que le pidas.  Oraréis así: 
"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas, 
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; 
porque tuyo es el reino y el poder y la gloria, por todos los siglos.
Amen".
Si perdonas a los hombres por sus ofensas, nuestro Padre celestial perdonará nuestras ofensas, mas si no perdonamos él no nos perdonará nuestras ofensas.

El Ayuno
Cuando ayunes no seas ríguroso, como los farsantes que desfiguran sus rostros para mostrar que hacen ayuno, pues ya tienen su recompensa por esto.  Mas tú cuando ayunes, unge tu cabeza con aceite y lava tu rostro, par ano mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y él que ve en secreto te recompensará en público.

Los Tesoros
No hagas tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen y donde los ladrones roban y hurtan; sino haz tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni óxido que corrompan ni ladrones que minen o hurten.  Porque donde estén tus tesoros estará tu corazón.

La Lámpara del Cuerpo
La lámpara del cuerpo es el ojo, así que si tu ojo es bueno todo tu cuerpo estará lleno de luz.  Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas.  Así que si la luz que en ti hay es tinieblas, cuántas no serán las mismas tinieblas?

Las Riquezas
Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro o estimará al uno y rechazará al otro.  No podés servir a Dios y a las riquezas.

El Afán y la Ansiedad
No te preocupes por tu vida, qué vas a beber o qué vas a comer, ni por tu cuerpo qué vas a vestir.  No es más importante la vida que el alimento y el cuerpo que la ropa?  Mira las aves del cielo que no siembran, ni cosechan en graneros y vuestro Padre celestial las alimenta.  No vales mucho más que ellas?  Y quién puede agregar estatura de un codo por más que te preocupes?  Y por qué te preocupas por la ropa?   Mira cómo Dios viste a los lirios del campo y no trabajan ni hilan; que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.  Y si la hierba del campo que hoy es y mañana es echada al horno viste así.  Cómo no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?  Porque los paganos o ateos buscan estas cosas, pero el Padre celestial sabe que necesitas de estas cosas.  
"Mas buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".
Así que no te preocupes por el mañana, porque mañana traerá su preocupación.  Basta a cada día su propio mal.

Juzgar a los Demás
No juzgues para no ser juzgado.  Porque con el juicio que juzgues serás juzgado y con la vara que midas serás medido.  Y por qué miras la paja del ojo ajeno y no ves la viga que tienes en tu ojo?  Falso!  Saca primero la viga de tu propio ojo y luego verás bien la paja del ojo de tu hermano.  No des lo santo a los perros, ni eches las perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y los despedacen.

La Puerta Estrecha
Entra en la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y grande el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.  Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la encuentran.

Por sus Frutos los Conocerás
Ten cuidado de los falsos profetas que se muestran como ovejas pero por dentro son lobos rapaces.  Por sus frutos los conocerás, acaso salen uvas de las espinas o higos de los abrojos?  Todo buen árbol da buenos frutos, como todo árbol malo da frutos malos.  Todo árbol que no da buenos frutos es cortado y echado al fuego.  Así que por sus frutos los conocerás.

Nunca los Conocí
No todo el que dice:  Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos sino aquél que hace la voluntad del Padre que está en los cielos.  Muchos dirán aquél día:  No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos milagros?  Entonces les diré:  Nunca los conocí, apártense de mí, hacedores de maldad! 

PARAFRASIS BIBLICA:
  • Jesús comienza su ministerio con un sermón que confirma la Ley de Dios.
  • Además de guardar la Ley, amplía el conocimiento para comprenderla.
  • Dedica su tiempo a mostrar quién es Dios y qué quiere de nosotros.

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